DEFINICIÓN DE RELACIÓN SEXUAL


RELACIONES SEXUALES

Desde el punto de vista de la sexología, se puede definir una relación sexual como el contacto físico entre personas fundamentalmente con el objeto de dar y/o recibir placer sexual, o con fines reproductivos.

La relación sexual abarca muchas posibles actividades o formas de relación entre dos personas y NO SE LIMITA SOLO A coito o penetración.


FORMAS POSIBLES DE RELACIÓN SEXUAL

En general, cualquier contacto que suponga excitación sexual con o sin orgasmo.

-Abrazos, masajes, caricias o besos en el cuerpo pero no en los genitales.

-Caricias en La zona genital.

-Sexo oral.

-Penetración (con o sin eyaculación dentro de la vagina).



ELEMENTOS NECESARIOS PARA MANTENER UNA RELACIÓN SEXUAL SATISFACTORIA Y CON SEGURIDAD

-Voluntariedad y consentimiento mutuo y consciente en cualquier momento de la relación. Control sobre cualquier actividad sexual. Posibilidad de parar o variar cualquier actividad sexual no deseada o no satisfactoria.

-Ausencia de presiones externas y de conflictos sociales o personales.

-Responsabilidad sobre las consecuencias fisiológicas, psicológicas, sociales y de relación con la pareja.

-Comunicación. Objetivos comunes, compartidos o conocidos.

-Conocimiento básico sobre la fisiología y la sexualidad humanas.

-Seguridad I: conocimiento sobre los riesgos de enfermedades de transmisión sexual (ETS) y cómo protegerse.

-Seguridad II: conocimiento sobre los riesgos de embarazo no deseado y cómo protegerse.

-Seguridad III: acceso y conocimiento del uso adecuado de medios de protección.

-Periodo de excitación adecuado.


EL ORGASMO EN LA RELACIÓN SEXUAL

-El fin de la relación sexual puede ser conseguir un orgasmo, pero no siempre es así. Existen otras muchas de satisfacción en la relación de pareja, como la excitación sexual, la intimidad, la comunicación o el descubrimiento mutuo.

-El no conseguir el orgasmo durante una relación sexual NO es un fracaso.

-Es muy difícil conseguir un orgasmo simultáneo (los dos miembros de la pareja al mismo tiempo). Intentarlo por encima de todo puede dar lugar a problemas innecesarios de insatisfacción en la pareja.

-Es difícil o imposible llegar al orgasmo cuando existen preocupaciones o tensiones producidas por: desconocimiento, miedos (al embarazo o a la transmisión de enfermedades), falta de lubricación, falta de excitación, momentos o lugares inadecuados y/o consentimiento forzado o dudoso.


¿QUÉ SE CONSIDERA COMO FRACASO EN UNA RELACIÓN SEXUAL?

-Relación forzada o presionada.

-Sin control sobre la seguridad.

-Sin comunicación.

-Sin satisfacción sexual. Dolorosa o indiferente.

-Solo uno solo de los miembros de la pareja ha conseguido lo que quiere.

-Tensa, no relajada.

-Intentando conseguir objetivos difíciles de alcanzar.



¿QUE SE CONSIDERA COMO ÉXITO EN UNA RELACIÓN SEXUAL?

-Conseguir la satisfacción de la pareja: excitación, comunicación, conocimiento mutuo, etc. De nuevo hay que insistir que no siempre el objetivo es el orgasmo.

-Control de la seguridad.

-Comunicación y control mutuo durante toda la relación. Seguridad de poder parar en cualquier momento y no realizar nada que no se quiera hacer realmente.

-Feed Back. Intercambio de información.

-Relajación, tranquilidad y seguridad.


FASES DE LA RESPUESTA SEXUAL

El concepto de "respuesta sexual humana" hace referencia a una serie de pasos o fases que describen fisiológicamente los desencadenantes, las respuestas y los tiempos aproximados de una relación sexual típica.

1) Fase de excitación
DURACIÓN: muy variable, desde unos pocos segundos a varias horas.
¿QUÉ LA PROVOCA?: Pensamientos y sueños; videos, lecturas, músicas y fotografías; acercamiento físico, caricias o besos; masturbación; excitación espontánea (por falta prolongada de contacto sexual u otras circunstancias).
CARACTERÍSTICAS fisiológicas en la mujer: lubricación y expansión de la vagina, agrandamiento del clítoris, agrandamiento de los labios mayores y menores de la vagina, erección de los pezones, sensación de calor, rubor facial, aumento del ritmo cardiaco y la respiración.
CARACTERÍSTICAS fisiológicas en el hombre: Erección y elongación del pene, elevación y agrandamiento de los testículos, sensación de calor, aumento del ritmo cardiaco y la respiración.

2) Fase de meseta
DURACIÓN: Muy variable, desde unos pocos minutos hasta una hora o más.
¿QUÉ LA PROVOCA?: estimulación de los genitales (pene y vagina y/o clítoris).
CARACTERÍSTICAS en la mujer: contracción de los músculos de la plataforma orgásmica (músculos pubocoxígeos), estrechamiendo de la vagina para presionar al pene, retraimiento del clítoris, cambios en la coloración de la vulva.
CARACTERÍSTICAS en el hombre: incremento de los parámetros de la excitación, liberación de líquido preseminal (en forma de gotas).

3) Fase de orgasmo
DURACIÓN: pocos segundos.
¿QUÉ LA PROVOCA?: excitación continuada y fin de la etapa de meseta. Es una reacción refleja. Al alcanzar cierto límite de excitación, se aprecia la sensación de no poder controlar la reacción y se encadena la fase de orgasmo de forma automática.
CARACTERÍSTICAS en la mujer: habitualmente (este dato es muy variable) entre 4 y 16 contracciones rítmicas en intervalos de aproximadamente un segundo de los músculos pubocoxígeos (plataforma orgásmica, alrededor de la vagina y esfínter anal), acompañadas de una gran sensación de placer pulsátil, al ritmo de las contracciones. En algunas mujeres esta etapa puede repetirse varias veces seguidas, si la estimulación continúa.
CARACTERÍSTICAS en el hombre: Sensación de contracciones en el pene y el esfínter anal acompañadas de una gran sensación de placer. Eyaculación pulsátil (emisión del semen).

4) Fase de resolución

DURACIÓN: Pocos minutos
¿QUÉ LA PROVOCA?: Fin del reflejo del orgasmo.
CARACTERÍSTICAS en la mujer: Inversión lenta de los cambios producidos en la excitación, completa relajación muscular, ligera sudoración.
CARACTERÍSTICAS en el hombre: Inversión rápida de los cambios producidos en la excitación, completa relajación muscular, periodo refractario de varios minutos en los que es imposible la excitación sexual y la erección.


LA PENETRACIÓN

En las relaciones heterosexuales se denomina penetración a la introducción del pene erecto en la vagina de la mujer.
La vagina es un órgano elástico en el que las paredes que la forman están unidas mientras permanece en reposo. Durante la fase de excitación la vagina se agranda y se lubrifica para que el pene pueda penetrar en su interior.
La lubricación permite al pene entrar en ella sin rozamiento. No obstante, esta entrada ha de ser gradual y controlada para no provocar dolor o presión excesivos. Al ser elástica, fisiológicamente una vagina puede albergar sin problemas un pene de tamaño normal.
Se pueden causar molestias o dolor entre otras cosas si el pene presiona el fondo de la vagina en la que se encuentra la entrada del cuello del útero, si la vagina no está bién lubricada o si se realizan movimientos o presiones excesivas.
Normalmente, durante la penetración un pene no circuncidado retrae la piel del prepucio y descubre el glande (ver FISIOLOGÍA).
En el caso de la penetración, la excitación directa del glande en el hombre y la excitación directa de la vagina (e indirecta del clítoris, por estiramiento y frotación) es lo que desemboca en último caso en el reflejo del orgasmo.
Los movimientos y las diferentes posturas sexuales tienen la función de incrementar la excitación. Este incremento puede darse por varias causas: más profundidad en la penetración, contacto más directo con el clítoris, posibilidad de realizar caricias durante la penetración, comodidad postural o preferencias personales.
La penetración es una forma más de conseguir el orgasmo en pareja. De hecho, para la mujer no es necesariamente la más satisfactoria. Hay que recordar una vez más que según la mayoría de los autores, en el caso de la mujer el reflejo del orgasmo se consigue normalmente a través de la estimulación del clítoris y no de la vagina. Esto, obviamente, no quita importancia al coito como forma de relación sexual placentera, pero si lo relativiza. No debe ser considerado como el objetivo final e imprescindible de cualquier contacto sexual.

EL ORGASMO

El orgasmo es una sensación de placer intenso asociada a un reflejo muscular y provocado fundamentalmente por la estimulación del clítoris en la mujer y del pene en el hombre.
Cada persona puede sentirlo de una forma diferente y su intensidad puede variar mucho en función de cada situación y de multitud de variables tanto internas como externas.



FISIOLOGÍA

Fisiológicamente el orgasmo es un reflejo producido por la liberación de la tensión muscular durante las fases de excitación y meseta.

Esta liberación tiene forma de varias contracciones musculares rítmicas en forma de pulsos que van acompañados por oleadas de placer. Aunque el efecto principal se centra en la zona pubocoxígea, la sensación de placer se extiende por todo el cuerpo.

Al tratarse de un reflejo, es incontrolable una vez que se ha desatado. Esta falta de control suele ser percibida como un sentimiento de abandono (en el sentido de dejarse llevar por las sensaciones) e incluso de pérdida momentánea del sentido de la realidad.

En ocasiones, se dan ocurrencias incontroladas de respiración alterada, movimientos compulsivos o estremecimientos.


REVERSIVILIDAD

A diferencia del orgasmo, las fases de excitación y de meseta son reversibles, esto es, es posible volver a un estado de reposo total sin haber llegado al orgasmo. Esto ocurre si cesa la estimulación o por ocurrencias como interrupciones externas, dolor durante la excitación o problemas psicológicos (miedos, pérdida de control, pensamientos obsesivos, etc.).


MORFOLOGÍA

Son variables el número de contracciones, su duración, su cadencia y el nivel de placer subjetivo asociado.

Es escaso el porcentaje de mujeres capaces de mantener un estado de orgasmo más continuado o de repetir la fase varias veces de forma consecutiva (multiorgasmo).


RESOLUCIÓN

Inmediatamente después del orgasmo, se puede producir un rechazo a nuevas estimulaciones. Incluso puede aparecer dolor en el clítoris, la vagina, el pene, los testículos y/o los pezones si intentan ser estimulados durante la fase de resolución.

Es preciso un periodo de varios minutos de reposo para recuperarse de este estado refractario.

Tras el orgasmo, durante la fase de resolución, la relajación y la vuelta a los niveles previos a la excitación son diferentes entre el hombre y la mujer. En la mujer los cambios se producen de forma lenta y pausada durante varios minutos. En el hombre se produce con mucha más rapidez -en pocos segundos- acompañada de una pérdida repentina de la erección.

El orgasmo es la liberación de la tensión conseguida durante la excitación y la meseta. En caso de no producirse, esta tensión puede tardar algún tiempo en desaparecer, pero lo hace sin ningún problema, ni consecuencias negativas.


CAUSAS DESENCADENANTES

El orgasmo puede tener lugar como consecuencia de cualquier excitación, desde las caricias hasta la masturbación, sin necesidad de penetración.

De hecho, el orgasmo en la mujer se produce preferentemente por la estimulación del clítoris directa o indirecta (a través de los movimientos del pene dentro de la vagina). Aunque algunas mujeres la consideran altamente excitante, la penetración no solo no es imprescindible sino que –fisiológicamente- por sí misma no suele producir orgasmo en la mujer.

Como en el resto de las fases, existen muchas diferencias de morfología y de sensaciones no solo entre una persona y otra, sino en la relación de una misma persona con diferentes parejas, e incluso dentro de la misma pareja en diferentes momentos.


Hay muchas variables que influyen en la consecución de una relación sexual satisfactoria y no siempre se consigue en su totalidad.

En el caso del hombre, se considera que la eyaculación es imprescindible para el orgasmo placentero, aunque en casos raros pueden darse eyaculaciones sin orgasmo (anorgásmicas).


PROGRESIÓN DE LAS RELACIONES SEXUALES

La mecánica fisiológica de las relaciones sexuales puede considerarse como una técnica. Precisamente por eso, posiblemente la forma más adecuada para mantener contactos sexuales y llegar -si se desea- a la penetración, es realizar acercamientos progresivos que permitan la práctica y aprendizaje de estas técnicas. El éxito de cada paso permite acceder al siguiente de una forma controlada y relajada.

Una propuesta podría ser la siguiente:

1º- Conocimiento individual del propio cuerpo: zonas erógenas, tiempos de excitación, límites personales, prácticas sexuales que no gustan, zonas del cuerpo que se desean evitar, etc.

2º- Práctica individual de los métodos de protección ante ETS y embarazos no deseados.

3º- Contactos eróticos (besos, abrazos, masajes, caricias) excluyendo las zonas genitales.

4º- Contactos eróticos incluyendo las zonas genitales.

5º- Prácticas en pareja del uso de sistemas de protección ante ETS y embarazos no deseados.
Es preciso aclarar que aunque es fundamental practicar el uso de los métodos de prevención en pareja, la protección y la seguridad sexual es un tema individual. Cada persona ha de protegerse primero a sí misma, independientemente de la protección que pueda o quiera tomar su pareja. Es muy importante no delegar en ningún caso la protección en la pareja y tomar la iniciativa sobre este ámbito de la seguridad personal.

6º- Contactos sexuales con penetración.

El objetivo de esta progresión es comprobar que:
-La seguridad está garantizada (evitar riesgos y miedos).
-La comunicación, la ausencia de presiones, el consentimiento total y el control (se puede parar en cualquier momento a petición de cualquiera de los dos).
-Es posible llegar al orgasmo y a la satisfacción sexual tanto de forma individual como en pareja con otros métodos diferentes a la penetración.
-El no llegar a la penetración y/o al orgasmo no es necesariamente un fracaso ni individual ni de la pareja.

Los tiempos de cada paso son variables. No es conveniente establecer tiempos prefijados.
La tranquilidad que permite alcanzar de forma progresiva este nivel de madurez sexual permite el acercamiento a las relaciones sexuales de una forma natural, sin riesgos, tensiones o miedos innecesarios.
Para lograr esto, es obvio que hay que contar no solo con el conocimiento sino con la complicidad y la comunicación constante entre los miembros de la pareja.